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Lo de este tío no es normal


Desde hace tiempo no sigo demasiado ningún deporte, pero insisto: Lo de este tío no es normal. ¡Qué pedazo de bestia! Aunque no fuera español, también lo diría; pero por suerte sí que lo es



El 13 de julio de 1992 un tipo llamado Miguel Indurain nos dejó a todos de piedra. Sobre todo a sus rivales. Llegaba al Tour de Francia tras haberlo ganado en el 91 y aunque también se había llevado el Giro corriendo con una pierna, todos teníamos la duda de cuál sería el rendimiento de ese mocetón en el futuro. Y ese día nos respondió a todos. Ese día se disputaba la primera contrarreloj larga del Tour de Francia. Acoplado perfectamente en la bici parecía que fuera más sobre una moto. Ese día acabó con la moral de todos sus rivales. Siempre recordaré la cara de estupefacción de Laurent Fignon (ganador de dos Tour de Francia) cuando vio que le pasaba como un avión el gigante navarro que había salido seis minutos después. “Me ha pasado un cohete”, parece que declaró el ciclista francés al terminar la etapa.

Las diferencias con el resto de corredores fue abismal. Uno de los que peor parado quedó fue otro especialista en la disciplina de la contrarreloj y que si no hubiera sido por la existencia de Indurain, habría ganado más de un Tour. Su nombre: Gianni Bugno. El bueno de Bugno, un italiano que era la elegancia personificada sobre la bicicleta, optó por preparar el siguiente Tour con un psicólogo (imagino que algún que otro ciclista también lo haría, pero no lo confesó). Pero ni así. Indurain les comió la moral durante cinco años más.

Y pensábamos que no íbamos a ver nada igual en el deporte. Y vamos que si lo vimos. Y lo seguimos viendo. Hoy lo ha vuelto a hacer. Para comer la moral de todos sus adversarios tenemos actualmente a Rafa Nadal. Insisto, lo suyo no es normal. Tiene 35 años y lleva desde los 15 al máximo nivel competitivo. Así que no sería de extrañar que el resto de jugadores estén haciendo como Bugno, contratar a un psicólogo cada vez que tienen que enfrentarse con el jugador balear.

Tiene que ser desesperante. Es como jugar contra una pared, te las devuelve todas. Recuerdo (creo que fue en las semifinales de los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín) a Novak Djokovic con los brazos abiertos en jarras mirando con los ojos muy abiertos a Rafa después de que el manacorí le respondiera pelotas imposibles una detrás de otra.

También recuerdo a Roger Federer llorar al finalizar más de una de las finales en las que han competido. Un llanto de impotencia. De decir, “este tío no me va a dejar ganar Roland Garros nunca”.

Y la gesta de Nadal se hace más grande si consideramos que probablemente han coincidido en el tiempo los tres mejores tenistas de la historia: Djokovic, Federer y el propio Nadal.

Este Open de Australia ha sido curioso. En más de una ocasión, alguno de sus rivales se ponía a gritarle al juez de silla como un ‘poseso’. “A Nadal no. A Nadal no le grites que ese te hace llorar. Tú, para desahogarte, le gritas al juez de silla”, imagino que ha sido el consejo de los respectivos psicólogos de los rivales de Rafa. “Hazme caso chaval. No te metas con él que este tío ha hecho llorar a más hombres que la Agencia Tributaria”.

Otros terapeutas han optado por aconsejar soluciones bastante más creativas. Una de ellas fue convencer al deportista que asesoraba de que no se vacunara de la Covid para así no tener que enfrentarse con la ‘jodía pared’ que es el tenista español. Al menos eso creo yo.

Todo esto tiene un pero: Carlos Alcaraz. El tenista murciano es un diamante en bruto al que espero que no presionen con que se convierta en Rafael Nadal. Es muy bueno y seguramente será un gran campeón, pero no podemos exigirle que sea Rafa Nadal aunque al final lo consiga. De momento, me dicen, que el muchacho tiene cabeza y no va a caer en esa trampa.


Artículo publicado originalmente en sietediasalhama.com el 30 de enero de 2022

https://sietediasalhama.com/noticia/12869/lo-de-este-to-no-es-normal.html

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